En el rincón secreto de mi alma late,
Un deseo ardiente, fuerte, que no abate.
El susurro del viento, la luna en su cuarto menguante,
Todo me recuerda a ti, y mi deseo de besarte.
Tus labios, promesa de un dulce encuentro,
Me invitan a soñar, a perderme en su centro.
Como mariposa atraída por la luz de un candil,
Así me siento yo, queriendo acercarme a ti.
Cada vez que te veo, siento un fuego interior,
Una llama que se enciende con fervor.
Y en silencio, con el corazón acelerado,
Sueño con el momento, de tener tus labios a mi lado.
Quisiera ser el viento, rozarte sin cesar,
Ser la brisa que acaricia, que te hace suspirar.
Por ahora, solo me queda soñar y esperar,
Que algún día, ese deseo, pueda yo concretar.
Porque en cada estrella, en cada amanecer,
Veo reflejado mi deseo de tenerte, de caer.
En el abismo dulce de tus labios, perderme y navegar,
Hasta que el universo decida, nuestro deseo culminar.